Eros y Filias,
como se querían, mas que humanos...se querían tanto. Mas de lo que ustedes pueden hacerlo entre si.
Malditos. Ellos se volvieron malditos al querer pelearle al Olimpo.
Fueron castigados a separarse.
Así, Zeus nos obligó a casarnos, a legalizar el amor entre amigos, cada vez que la sensualidad erótica aparecía llevándonos a negar nuestros sentimiento.
Eros huye, no se atreve a mirarla,
mientras mis manos escriben para llenar estos momentos de rabia.
Filias se paraliza, siente el frío
de la soledad.
Mientras la humanidad se ha vuelto robotica, despojada de momentos; mis
ojos no se quedan quietos, tal vez alguna mirada fuese la indicada.
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