. Por Alvaro en la suciedad de los poetas vivos
Véanlos ahí, todos al son del despertador. Asesinos y suicidas están muy cerca.
Quien desea con sed irremediable la muerte para sí, se encuentra cerca de asesinar a otros. Pues hay algo en el sufrimiento propio que no es natural, no vino de la nada, de un repollo. Vino de otro.
Aunque quienes están muy cansados no tienen fuerza siquiera para llevar adelante su propio suicidio.
Este sistema es odio. La vida de nicho, de cementerio, de ciudad. Inmundo amontonadero. Ilógico amontonadero. Nadie lo piensa, y es evidente que amontonarnos les sale mas barato, a los que plácidamente sabiéndose dueños de cuantas extensiones puedan obtener con su dinero.
Entonces el odio, la muerte, cosas heredadas de nuestros antiguos, también parias, también explotados.
América recepciono miles de alma, entre ellas mis ancestros, payos, blancos desterrados. ¿De donde habrán salido?, no lo se. Pero aquí estamos, sin herencia cultural, mas que un invento patético, de banderitas y escarapelas, presionados por los ideales de las familias, el hogar, el deber ser, el trabajo, la religión, mierdas.
Todos suicidas marchando por las ciudades, sosteniéndole la farsa,todos suicidas marchando hacia las ciudades buscando la esperanza.
Mentiras. Cadena de explotación y dependencia, de privilegios y padecidos, de irresponsabilidades cruzadas, de pisar la cabeza de otros para conseguir un suspiro en este ahogo.
¿Quien no es asesino en este contexto?
Todos, suicidas y asesinos.
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