El sol sigue su marcha triunfal, abro mis ojos tras el
impacto.
Los payasos se ríen y yo no entiendo el chiste.
En la ventanilla, la luz, me permite ver que no es una noche
cualquiera.
Malabares son parte del cuentito, que, -según me contaron,
vuelo por la vereda escolar…los niños preguntaran por la
mancha de sangre, y yo, abriré mis ojos, contento, he vivido.
La noche me persigue, solo,
rodeado de gente que saluda y se disculpa, y yo, despierto, pienso en vos.
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